Mi Experiencia Trabajando Para Startups 🚀
¿Alguna vez has considerado trabajar para una startup?
Mi Experiencia Trabajando Para Startups
“Never doubt that a small group of thoughtful, committed people can change the world. Indeed, it is the only thing that ever has.” – Margaret Mead
Muchas personas me preguntan cómo así me animé a hacer el cambio. ¿Te dio miedo? Nunca olvidaré cuando en mi último día en una empresa multinacional un gerente que acaba de ingresar no se dio cuenta que había llegado a la cafetería y le comentaba al equipo “No entiendo por qué lo está haciendo. Yo jamás cambiaría la seguridad laboral, quien cambia un sueldo fijo por algo incierto”.
¿Alguna vez has considerado trabajar para una startup?
Hoy quiero contarles mi experiencia trabajando en startups y la de varias personas con las que he tenido la oportunidad de conversar y que se animaron a pasar del mundo corporativo al mundo startup y en algunos casos regresaron al primero y en otros no. La mayoría lo hicimos hace 5 o más años, en un contexto en donde el mundo startup estaba mucho menos desarrollado. Muchas cosas eran un misterio y sí, hoy hay incertidumbre, pero en ese entonces no solo había incertidumbre económica, te enfrentabas a lo desconocido y era muy común encontrarte con un amigo o familiar que te dijera ¿Estás seguro? Mejor no lo hagas. ¿Y si te quedas sin trabajo? Y muchos de nosotros tomamos la decisión casi a ciegas de virar el timón y creer y confiar en un tipo de trabajo, modelo de negocio y cultura totalmente distinta.
Cinco años después, volvería a tomar la misma decisión a ojos cerrados.
Estos son los 5 motivos que hacen que esté en paz con haber decidido trabajar mientras hacía el MBA en Barcelona, con haber dejado un puesto regional en una transnacional para trabajar como Marketing Director en Glovo y con haber regresado al mundo startup (a Betterfly 🦋) luego de un breve paso por el sector salud (12 meses, viendo Linkedin, hoy eso no es breve para muchos 😆). No en vano dicen que uno se da cuenta de cuánto vale y quiere lo que tiene el día que lo deja de tener, es decir, cuando lo extrañas.
Fact #1
Las startups brindan oportunidades para la creatividad, el espíritu empresarial y tienen en cuenta la importancia de ser feliz en el trabajo.
Habiendo trabajado para franquicias corporativas y empresas establecidas en consumo masivo, tecnología y salud, así como para startups, no digo que las primeras tres no lo ofrezcan pero personalmente prefiero el mundo startup o las empresas que son realmente ágiles y no solo dicen serlo.
Las startups tienen una estructura organizativa más plana y abierta que fomenta la creatividad, el espíritu emprendedor y la ilusión. Se caracterizan por dejar a los equipos proponer y hacer cosas, no por decirles qué hacer y pedirles que sigan instrucciones. Si tu rol se vuelve solo ejecutar, queda poco espacio para la creatividad. Ojo, no todo es perfecto, esto ocasiona que las probabilidades de equivocarse aumenten pero con esto también el aprendizaje y las probabilidades de éxito.
Las empresas emergentes requieren que las personas sean flexibles, que aprendan rápido y que puedan adaptarse con velocidad a los desafíos de las responsabilidades cambiantes. En comparación, las organizaciones más grandes y establecidas presentan descripciones de trabajo detalladas, con relaciones de informes complejas y líneas de autoridad definidas. Algunas personas trabajan mejor en esos entornos. Sin embargo, si eres como yo y te gusta asumir nuevos desafíos, una startup puede brindarte mucho aprendizaje en poco tiempo. Algunos dicen incluso que un año en una startup vale siete años en el mundo corporativo. Personalmente no creo que esto sea totalmente cierto. Es verdad que aprendes mucho a nivel profesional y logras llenar la mochila de herramientas pero la madurez que te dan los años, el manejar la frustración, aprender a llevar relaciones con personas con personalidades totalmente distintas, liderar y ayudar a alguien a crecer incluso poniendo tu crecimiento en un segundo plano toma varios años.
El único atajo que encuentro es tener la suerte de encontrar un jefe humano, no digo un buen jefe porque esto es totalmente relativo, depende de qué significa “bueno” para cada uno. Un jefe humano es alguien dispuesto a dedicarte tiempo, no millones de horas sino tiempo de calidad, tiempo en el que realmente te esté prestando atención y no haciendo algo en paralelo y pensando a qué hora termina esta reunión que tengo que entregar una prestación al cierre del día y no voy a terminar. No podemos culpar a los jefes por ver el tiempo que le dedican al equipo como tiempo perdido y no como una inversión en un mundo en donde este recurso es el más escaso de todos. Que lance la primera piedra al que no le ha pasado. Pero lo cierto es que los jefes que te dedican tiempo, te forman y te dan los recursos y herramientas para dejarte volar existen y a mí me tocó encontrarlos en el mundo startup (salvo mi primer jefe pero él trabajó conmigo 3 meses y luego se fue a emprender, a poner un negocio propio). Dato curioso: todos habían pasado por el mundo corporativo previamente y en algún punto de su carrera alguien había decidido dedicarles este tiempo de calidad (un jefe directo o indirecto, un mentor, un profesor) y estaban profundamente agradecidos por esto.
Fact #2
Trabajar en una startup es un viaje de autodescubrimiento. Al usar muchos sombreros, rápidamente encuentras cuales son tus verdaderos talentos y además te sorprendes con la cantidad de cosas y temas que puedes manejar en simultáneo. Nada me hace más feliz que dominar nuevas responsabilidades y enfrentar desafíos imprevistos, en otras palabras, salir de mi zona de confort.
Fact #3
Colaborar con personas apasionadas por el trabajo te ayuda a cultivar la dedicación, la motivación y la disciplina.
Las startups no son para personas que no disfrutan estar en la cancha y remangarse. Las startups exitosas son muy dedicadas y enfocadas, a veces trabajan 12 horas al día, los siete días de la semana, cuando los clientes las necesitan. Esto suena agotador pero la realidad es que las personas dentro de una startup comparten una fuerte identidad de equipo con los demás y experimenta una profunda sensación de logro compartido cuando superan los obstáculos para lograr resultados exitosos. Esto hace que puedas percibir de forma tangible tu impacto y el de tu equipo y que desde muy temprano tengas clara la importancia de jugar en equipo y de cuidarse unos a otros.
Ojo, esto no quiere decir que las startups te exploten, estas al mismo tiempo, buscan alentar a los colaboradores a administrar su tiempo de manera efectiva para que tengan tiempo para vivir. Ese tipo de equilibrio es fundamental para evitar el agotamiento y el éxito a largo plazo. Desde mi punto de vista, tienen claro cuánto suman y cuánto valor aportas y es por eso que encuentran formas de devolverte lo que haces por la empresa. Esto pasa en todas las relaciones sanas y conscientes que una persona puede tener.
Fact #4
Una startup va a paso acelerado y cambia constantemente. Esto viene acompañado de una gran necesidad de habilidades interpersonales sólidas y ética de trabajo. Además exige tanto adaptabilidad como positividad. Las rutinas estándar y aburridas no están en la agenda. Estas empresas buscan personas que aprendan rápido con excelentes habilidades interpersonales/de comunicación. No importa cuán técnicamente hábil pueda ser un candidato, si carece de estos atributos, no entrará a la empresa o entrará con el compromiso de que alguien lo guiará e irá formando en el camino. Si bien lo segundo es posible, no siempre sale bien. Lograr que alguien haga “cultural fit” cuando no lo hizo en un inicio, no es algo fácil. Incluso me atrevería a decir que es casi imposible.
Fact #5
En una startup tienes un gran nivel de responsabilidad y participas en diversos proyectos. Esto hace que las personas puedan trabajar en muchas cosas diferentes y aprender muy rápido e inmediatamente "subir la escalera" y asumir un nivel de responsabilidad mucho más alto que trabajando para una gran empresa desde el principio. Si bien esto suena muy tentador, hay que tener cuidado. El reto más grande de ascender es saber y poder liderar un equipo e influir positivamente.
Si te aseguras de tener alguien o varias personas que te orienten, que te den feedback y ayuden a detectar y estar consciente de cuáles son tus talones de Aquiles, no habrá problema, podrás aprovechar este atajo y el resultado será prometedor para ti, para tu equipo y para la empresa. De hecho, eso fue lo que me pasó a mi, tuve la suerte de estar en el lugar correcto en el momento indicado e identificar a esas personas que estaban dispuestas a creer e invertir tiempo en mi. Obvio, también me saqué la mugre durante todo el proceso para crecer profesionalmente pero sobre todo como persona.